Degustar un dulce recién hecho con el sabor de la repostería artesanal de siempre como el que elaboraba nuestra abuela es un privilegio del que disfrutan los antequeranos que desde hace años frecuentan las pastelerías de Santiago. Desde la apertura del primer obrador de pastelería de Santiago en ‘Los Cerretes’ hasta hoy han pasado décadas en las que la máxima siempre ha sido la misma: ingredientes de máxima calidad y preparación manual lo que impide la utilización de conservantes y obliga a su degustación prácticamente en el día para disfrutar al máximo de todo el sabor y la textura de las delicias de la repostería de la familia Granados Delgado. Así, aunque poca gente lo sabe, en Santiago se elaboran cada año nuevas combinaciones de sabores e ingredientes que sorprenden a los fieles a sus establecimientos, únicos lugares donde se pueden adquirir.
La repostería
tradicional de siempre
Bollos
Los bollos elaborados exclusivamente con aceite, huevos, harina y canela son la estrella de la carte de repostería de Santiago. Desde los primeros y aclamados bollos caseros que elaboraba la mujer de José, Inma, y que eran tan demandados en las primeras tiendas hasta hoy la receta se mantiene intacta.
Bizcocho casero
El bizcocho casero de Santiago es un emblema de la repostería artesana antequerana. La demanda de este reputado dulce elaborado en base a una receta original de Inma Delgado hace que desaparezcan en muy poco tiempo cada vez que se reponen en el expositor de cada una de las diez pastelerías de Santiago.
Hojaldre
La segunda generación de la familia de José Granados, representada por las hermanas Inma, Cristina y Jose, está muy involucrada en la sección de pastelería y cafetería lo que las obliga a estar a la última en las tendencias marcadas por las principales firmas del sector. Así, invierten mucho tiempo en asistencia a cursos y exhibiciones de reciclaje formativo. Además están pendientes constantemente de las últimas innovaciones que se dan a conocer y que son asimiladas y reinterpretadas, eso sí, bajo la perspectiva de la artesanía y el buen hacer del maestro obrador de Panadería Santiago.
Tartas y Pastelería
La elaboración personalizada de cada tarta, palmera o dulce típico como el bienmesabe o el tocino de cielo es una constante a pesar de la amplia variedad de productos que salen cada madrugada del obrador de pastelería ubicado en la calle Hornos del míticos barrio de Santiago de Antequera. Esa elaboración individualizada tiene su culmen en los trabajos por encargo fundamentalmente de tartas en la que se combinan sabores, dibujos y formas o colores a gusto del consumidor.
Dulces de Temporada
La imposible relación calidad precio sorprende al cliente de una pastelería de Santiago ya que están muy por debajo de la media del sector. Ello ha contribuido a la promoción en Antequera del consumo de dulce como postre o como regalo o motivo central en eventos sociales o familiares. Además, cuentan con un servicio de asesoramiento para tartas especiales como las nupciales o las de bautizo y comunión.
Esta fecha tan especial hoy no se concibe en Antequera sin los alfajores, mantecados de aceite y roscos de vino de producción propia de Santiago o sin los Troncos, las tartas de uva o Roscón de Reyes.
La Semana Santa es sinónimo en Antequera de pestiños, roscos fritos y empanadillas de Santiago.
Esta tradición de la cultura anglosajona ha sido reinterpretada por los confiteros de Santiago que sorprenden cada año con atractivas propuestas diferentes.
Sea para el día del padre o de la madre, para una onomástica o por San Valentín en Antequera saben bien que el mejor regalo es dulce y de la marca Santiago.
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Artesanos
Heladería y Batidos
La heladería de Santiago es una apuesta personal de la segunda generación de artesanos de la familia Granados Delgado. Cristina Granados dirige la sección, cargo para cuyo desempeño se formó concienzudamente entrando en contacto con maestros heladeros italianos de primer nivel. Hoy los helados y batidos del equipo de Cristina ponen a prueba los paladares más exigentes de aficionados y entendidos.
Y es que estos helados se elaboran en el mismo obrador de la pastelería y con los ingredientes de máxima calidad que se adquieren para hacer la repostería. Quizá así se puede explicar por qué la cremosidad, la textura y el sabor único de los helados de Santiago que dan protagonismo a la calidad por encima de la decoración, la vistosidad o el volumen. Un placer para el paladar.
